jueves, 20 de agosto de 2009

Soy Ingeniero Informático, un Ingeniero más.

La profesión de INGENIERO siempre ha tenido algo especial, un halo de excelencia, de prestigio, que hacía que muchos jóvenes la desearan.

Todo este reconocimiento histórico siempre ha procedido de la complejidad de los estudios universitarios que debían superar y de los proyectos que después debían desarrollar. Pero sobre todo de que eran los únicos habilitados para desempeñar determinadas tareas por Ley, sus atribuciones (creadas para proteger a la sociedad de comportamientos erráticos de personas sin la cualificación necesaria). Sin olvidar su vertiente corporativista o gremial, que les hacía miembros de asociaciones exclusivas (los colegios profesionales), destinadas al autocontrol y la representación, pero complejas y opacas para el gran público (lo cual suponía mayor interés).

Pero desde hace ya muchos años (concretamente desde el año 1990), un tipo concreto de Ingeniero, aquellos que profesamos la rama de la Informática, hemos sido privados de parte de este halo, de este prestigio. Soportamos una formación tanto o más compleja que los demás ingenieros, y desarrollamos proyectos de características cualitativas y cuantitativas similares, pero se nos ha negado la creación de un colegio profesional nacional y la asignación de atribuciones propias.
Incomprensiblemente habiendo pasado ya 19 años desde la creación por Ley de esta nueva rama (Real Decreto 1459/1990, de 26 de octubre), aún se sigue aludiendo a su juventud para negarle la igualdad con el resto.
Lógicamente nadie entiende que el Gobierno se decida a crear una nueva rama de la Ingeniería (cosa que no hace muy a menudo), y después se niegue a reconocerla y a legislar para otorgarle los mismos derechos que al resto. Pero es así.
La Informática según la RAE es el "Conjunto de conocimientos científicos y técnicas que hacen posible el tratamiento automático de la información por medio de ordenadores". Y la aparición de la Ingeniería Informática, respondió a la necesidad de formar a profesionales específicamente preparados por nuestras universidades, para asumir el reto que suponía la llegada de los ordenadores, y después Internet a nuestros trabajos y hogares.
Pero que sentido tiene haber formado a esos profesionales y hacerlo como Ingenieros, si después nadie controla que los proyectos informáticos sean dirigidos por ellos. Ninguno.
Hemos debido ser los propios Ingenieros en Informática los que hayamos dicho "esto no puede ser". Estamos cansados de ver como, personas sin cualificación y profesionales sin responsabilidad, actuan impunemente desprestigiando nuestra profesión. Haciendo creer a la sociedad que la Informática es una tecnología inexacta, y que los ordenadores y los programas informáticos fallan porque tienen que fallar, y no debido a sus errores.
Hemos dicho basta, queremos Colegios Profesionales que controlen nuestro trabajo y nos exijan responsabilidad profesional y civil (si es necesario). Que los proyectos sean desarrollados por personal específicamente cualificado y si algo falla que lo pague quien se equivocó. Es decir exigimos la regulación de nuestras profesiones.
Através de asociaciones de profesionales se han conseguido ir creando colegios autonómicos, y con protestas, manifestaciones e incluso huelgas, estamos presionando para cambiar un panorama nada alentador. Pero el esfuerzo realizado, las derrotas sufridas y las batallas ganadas, merecen de un artículo específico.

1 comentario:

  1. Y luego viene también el Plan de Bolonia y la convergencia de estudios universitarios con el marco europeo para reiterarse en que los informáticos no somos ingenieros?! :-(

    Un@ ingenier@ más...

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